martes, 15 de marzo de 2011

Ondas electromagnéticas y salud

Desde que James C. Maxwell dedujo matemáticamente la existencia de estas ondas, y Heinrich Hertz logró probar que es posible generarlas y estudiarlas en un laboratorio, lo demás es historia: transmisiones de radio y televisión, teléfonos celulares, Wi-Fi, Bluetooth, antenas transmisoras y receptoras, señal satelital, y todo esto sin incluir elementos que no emiten ondas de modo obvio, como las líneas de transmisión eléctrica, computadoras, motores eléctricos, entre otros.

Como habitantes del planeta Tierra, estamos expuestos de modo natural a ciertas formas de ondas electromagnéticas, como la luz, y campos electromagnéticos, como el campo magnético terrestre. Ciertos animales, incluso, tienen facilidad para captar estos campos y así guiarse a través del medio, como en el caso de las palomas.

Entonces, ¿cuál es el problema? Primero que todo, la tecnología avanza mucho más rápido que nuestra propia capaci
dad evolutiva, por lo que no tenemos tiempo de adaptarnos a este tipo de cambios. Además, desde el boom de las tranmisiones inhalámbricas, hemos "contaminado" nuestro ambiente con las mismas.

¿Cómo afectan estas a la salud? Hay dos tipos de daños que ofrencen las mismas. El más obvio es la "radiación".


La radiación no es sino un modo de transferencia de calor, en el cual una onda transfiere energía a un cuerpo, en forma de calor, al disiparse la energía de la onda en el mismo. Como consecuencia estas ondas, al incidir en el cuerpo huma
no, liberan calor. Sin embargo, no todas las ondas son peligrosas, al menos bajo este criterio, pues para una onda de baja frecuencia, el cuerpo humano es "transparente" y la misma lo atraviesa sin intercambiar mucha energía. El problema es con las ondas de alta frecuencia, ¿como cuáles, dicen? Pues las de teléfonos celulares, por ejemplo.

Tengan algo en cuenta: al transmitir información mediante ondas, entre mayor es la frecuencia de la transmisión de la señal, más complicada es la información que puede intercambiarse. Antes solamente intercambiábamos señales de voz a través de un celular, ¡Y SI ACASO DE TEXTO!. Ahora tenemos redes informáticas de intercambio de información, y cantidades inmensas de la misma, ¡Y CABE EN UN BOLSILLO!. La frecuencia transmisión de un teléfono celular blackberry es de hasta 1900 MHz o 1.9 GHz, cuando para los primeros celulares no pasaba de los 300 KHz si acaso.

Estas ondas de alta frecuencia SÍ entregan calor al cuerpo al disiparse, especialmente en ambientes conductores ricos en minerales y sales, como la sangre humana y los músculos. Un efecto similar al de un horno microondas (el cual irradia ondas para calentar alimentos) pero a menor escala, pues el horno microondas trabaja a mayores potencias que un teléfono celular. Ahora, está demostrado que los mecanismos termorregulativos en el cuerpo humano, para ondas por debajo de 1MHz los mecanismos termorregulativos del cuerpo mantienen al sistema relativamente intacto. Sin embargo, si la onda tiene frecuencias de más de 1GHz de transmisión, puede causar problemas al cuerpo al calentarlo, produciendo crecimiento excesivo en tejidos dando lugar a tumores y cáncer (enfrentémoslo señores, ¡HOY DÍA TODO DA CÁNCER!).

¿Asustados de tener un Blackberry ahora? ¡NO TEMAN! Pues en general estas ondas no causan tanto calor como para que un cuerpo comience a generar tejidos cancerígenos o tumores malignos, pues hay un segundo valor altamente importante para esto, además de la frecuencia, y este valor es la tasa específica de absorbción de energía en el cuerpo, o SAR por sus siglas en inglés. Esta, para ser peligrosa para el cuerpo humano, debe superar los 4 W/Kg (Watt por kilogramo). Si les interesa saber qué valor SAR tiene su teléfono celular, encontré una buena tabla de valores aquí para los teléfonos Blackberry. Para otro celular, "googléenlo", sale más fácil de lo que creerían.


Ahora, esto es sobre los riesgos radiactivos conocidos (los mismos riesgos radiactivos que ocurren, por ejemplo, con los que ocurrieron en Japón). ¿Hay riesgos no conocidos? ¿Recuerdan que dije que las ondas de baja frecuencia atraviesan al cuerpo como si fuese transparente, sin casi entregar calor? ¿No creen que puede haber un riesgo de estas ondas al pasar a través del cerebro? Pues este es el segundo riesgo, no tan obvio, de estas ondas en el cuerpo.


En un estudio realizado en España, en el cual se expuso a personas sordas y oyentes a un teléfono celular con una conversación por cierto tiempo, se les obtuvo medidas con un electroencefalograma (EEG) de ellas antes y durante la llamada. Los resultados mostraron diferencias entre las lecturas en el EEG al comparar ambos estados, en especial se notó un incremento en las amplitudes de las ondas alfa y theta. Este tipo de estudios son sólo cualitativos, y son pocos, pero existen y demuestran que las ondas de baja frecuencia (provenientes de abanicos, líneas de transmisión, focos, etc...) SÍ afectan el cerebro humano, y nuestro comportamiento, sólo que no sabemos a ciencia cierta cómo. Además que hablemos o no por un celular, si alguien a nuestro alrededor lo hace, las ondas del mismo nos afectan.

En resumen, ¡No teman a las ondas electromagnéticas! Gracias a ellas hemos logrado avanzar como civilización, y conectarnos entre nosotros de modos inimaginables hace siglos. Pero tengamos conciencia de que las mismas pueden afectar nuestro comportamiento, aunque no sepamos cómo aún.

3 comentarios:

  1. man, bien interesante el post, en especial el asunto del SAR. Y es bien fácil encontrar las tablas para distintos modelos, como dices.
    Mi HTC Touch Pro 2 tiene una de 1.41 W/Kg según el estándar de USA. Al menos sé que está por debajo de los 4 W/Kg xD
    Te propongo un tema para tu prósimo post, bajo esta misma línea de las EMW (Electromagnetic Waves), y es con las investigaciones que se llevan a cabo en el HAARP.

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  2. Esta muy bien el post, pero' mira que tambien las ondas electromagneticas de frecuencias extremadamente baja son biologicamente activas y afectan a la salud

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  3. Me gustaría tener información sobre el efecto que puede tener el uso de internet y el wifi en los niños dado que hoy es lo común en los Centros Escolares. ¿Hay algún estudio científico al respecto?.Gracias.

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