miércoles, 2 de noviembre de 2011

Una generación que no lee



Se lee raro el título pues, en teoría, si estás viendo esto, ¡LEES! ¿A qué me refiero entonces?

Primero que todo, "leer" implica entender lo que trata de decirnos un conjuntos de símbolos, cuando pasamos la vista sobre ellos (de ahí concluímos que un requisito para leer, es tener ojos). 









De lo anterior, ¿hay otra forma de "no leer" aún teniendo ojos? Bueno, una es no conocer los símbolos que se encuentran frente a nosotros, o alguien dígame  この単語の意味は? ... ¿qué dije sobre tu mamá y tu papá ahí? Realmente dice "qué significan estas palabras?" escrito en japonés, pero ¿para ti tienen ése significado, si no sabes qué significan estos símbolos? Por tanto, un segundo requisito para leer, es conocer los símbolos.


Digamos que conocemos los símbolos y podemos ver, ¿Qué falta? Pues ENTENDER LO QUE SE ESTÁ LEYENDO. No basta con conocer los símbolos, ni con tener ojos, si no entendemos el significado de estos, ¡NO LEEMOS!

Les pongo un ejemplo que me ocurrió estos días, dando una clase de matemáticas a un muchachito de 6to grado de primaria: le vi en su examen anterior algunas deficiencias obvias y, primero, comencé a evaluar sus matemáticas y su comprensión visual de problemas. Estaba bastante bien. Finalmente le puse el siguiente problema:

"Una perrita da a luz 12 cachorritos. De ellos, 7 son hembras. ¿Qué porcentaje de esos cachorritos son machos?".

De pronto la imagen ayuda entender el problema... de pronto no.
Veo una cara de desconcierto en el niño, y me pregunta: "Pero, ¿cómo puedo hacer esto, si no me dices cuántos machos hay?" Y dije para mis adentros "BINGO, su problema es la lectura comprensiva".

Muchas veces, sin embargo, este no es el problema como tal, pues ellos comprenden el asunto, pero no saben pasar los datos que obtuvieron a "lenguaje matemático", pero en el caso particular de este muchacho es que no sabía interpretar los datos en primer lugar, aunque la "traducción" a lenguaje matemático la hacía a la perfección.

Y no es la primera vez que me topo con algún chic@ con este problema. De hecho, un gran porcentaje de los jovenes que asisto en distintas materias, no sólo de primaria, sino de secundaria y hasta del grupo que asisto en la universidad, no son los cálculos o las fórmulas, sino que no logran entender qué es lo que se les pide en el problema.

¿Cómo, entonces, se resuelve este problema, en apariencia sutil? Bueno, una buena estrategia es simplemente incitar a la lectura comprensiva. Esto se consigue haciendo que la persona, primero, lea algo que le gusta, y hago énfasis en que LE TIENE QUE GUSTAR, SINO ES POR GUSTO. 




Al muchachito que le puse el problema de los cachorros, conversando con él, me dice que le gustan los comics, y que las veces que ha tenido un comic lo ha leído y releído. Tiene algunos libros interesantes para su lectura en casa, empero, son algo pesados para la poca costumbre que tiene (con 5 páginas, ¡MUERE!).



Otra posibilidad es incitarlo al razonamiento con elementos que ve en la vida diaria. Como familiares o amigos, hagan preguntas que inciten su curiosidad, que les hagan pensar y razonar, ¡no servirles las respuestas en un plato, hagan que las busquen!

Yo veo ahora mismo que, como dije anteriormente, el problema de esto reside en que hay demasiadas distracciones, mucho más atractivas visualmente a un papel relleno en letras, y una que otra imagen en blanco y negro. 

Distracciones como ... ¿qué, dicen? Videojuegos, cine, eventos, discotecas, alcohol ... en fin, el consumismo en todas sus expresiones, hace de la lectura ... un placer, sí, pero que requiere esfuerzo mental para poder disfrutar.

Inciten a los que están a su alrededor a leer, aunque sea Condorito. Parece mentira, pero esta deficiencia puede ser la raíz de muchos otros problemas que más adelante se ven sumamente difíciles de resolver, pero que con sólo leer unas 5 o 10 páginas diarias de algún cuento, se pueden solucionar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario