viernes, 9 de marzo de 2012

¿Martinellis?




Esta será la primera vez que bloggeo pidiendo información (al fin y al cabo, la idea del medio es intercambiar información, ¿no?). 

¿Alguien puede decirme qué tan verás es esto que voy a postear acá? Es de la página de "La Prensa", cuyo autor es Carlos Ernesto Gonzáles de la Lastra (todo sea por cuidar el derecho de autor de un compatriota). 

Les dejo los links e igual, copio ambos artículos acá. ¡ALGUIEN QUE ME INDIQUE QUÉ TAN VERÁS ES ESTO! Ya sea al twitter o al facebook o al correo o a donde sea. 


http://www.prensa.com/impreso/opinion/%C2%A1no-quiero-un-martinelli-carlos-e-gonzalez-de-la-lastra/67813

Estaba en la fila de un banco esperando mi turno para cambiar un cheque cuando escuché una discusión entre una señora y la cajera. La señora con cara destemplada y con un tono de voz fuerte le decía a la cajera “no me dé Martinellis, yo quiero dólares”. Puse atención y escuché a la cajera decirle a la señora, “es que el Banco Nacional nos obliga a aceptar estas monedas y ya no nos entrega billetes de a dólar”. La señora le contestó: “a mí no me importa, ese es su problema, a mí me da dólares, como dice el cheque que le estoy dando”. La señora recibió sus dólares y yo me salí de la fila y la seguí hasta la salida del banco y le dije, por favor, deténgase, y me presenté, ella hizo lo mismo y me dijo que se llamaba Lenis.

Entonces le dije, señora Lenis, he escuchado su discusión con la cajera y si no tiene inconveniente, ¿me puede explicar su reacción? Se me quedó mirando y vi ensancharse sus fosas nasales, respirar profundo y con una voz gruesa, que me recordaba a mis profesores del Instituto Nacional, me dijo: “Esa moneda no vale nada, bueno posiblemente 10 centavos de dólar y nos la quieren meter por un dólar”. Frunció la ceja y, como quien dice un secreto, pasó a explicarme que había estudiado el presupuesto y en ningún lado aparecía dónde iba registrada la ganancia de ese dinero. Luego de escucharla le pregunté por qué llamaba a la moneda Martinelli y me contestó, enfáticamente, “porque él hizo la ley fiscal en la que nos metió la mano al bolsillo y le ha sacado a los panameños un billón de impuestos y en esa ley nos metió el cují de que el Estado puede hacer circular monedas de uno, dos y cinco dólares. Por el ser el autor de semejante despropósito yo les llamo a esos pedazos de plomo Martinellis”. En ese momento se quedó pensando y me dijo “¿usted, realmente quiere que le dé una explicación de mi disgusto?”. Le contesté que sí y, entonces, me dijo: “Panamá no tiene banco central, por lo tanto, ese dinero es basura”. Se empezó a alterar y me preguntó, “¿usted sabe qué hace un banco central? Pues mantiene y regula la reserva monetaria del país y es el único autorizado para emitir moneda y regula la circulación monetaria. En Panamá, al no tener banco central, lo que circula es el resultado de la venta de bienes y servicios que desarrolla nuestra economía. Meter monedas que no valen nada en nuestra economía es un desastre”. Su vista se desvió hacia unos comercios que están cerca del banco y me dijo: “Mire señor, una moneda fuerte que es la que usamos en Panamá es comercializada globalmente y da confiabilidad y estabilidad. Hoy nos meten una moneda, como si valiera un dólar, pero mañana vendrá la de dos dólares y después las de cinco dólares y así seguiremos, porque al no haber transparencia estas monedas nos están haciendo más pobres y a alguien más rico”.

Nuevamente me miró y se me acercó, sentía su aliento cerca de la cara, y me dijo: “Nicolás Copérnico, en 1371, dijo que la mala moneda lleva fuera de circulación a la buena moneda y no digamos lo que nos enseñó Thomas Gresham, si tiene una moneda depreciada esa es la que se gastará y guardará la que sí vale. Se da cuenta por qué no acepto los Martinellis”. Entonces, se separó de mí y me dijo en voz alta: “¡A mí me dan mis dólares!”, Dio media vuelta y se fue. Me quedé como petrificado, miré mi cheque, entré al banco y cuando fui a cambiarlo le dije a la cajera, en voz alta, ¡a mí no me dé un Martinelli!


http://www.prensa.com/impreso/opinion/la-llamada-carlos-ernesto-gonzalez-de-la-lastra/71275

Eran las 7:30 a.m. cuando sonó el timbre de mi teléfono privado. En ese momento pensé, “llamada importante”, solo mis clientes internacionales y algunos familiares conocen este número. Hice lo que siempre hago, me paré de la silla (estoy convencido de que al estar de pie, pienso mejor o puede ser mi subconsciente que siempre me juega una mala pasada, por medir solo 1.67 metro, y que caminando me siento más alto), agarré el teléfono y contesté: ¿quién habla? y oí aquella voz profunda de la profesora del Instituto Nacional. “Aló, Aló, don Carlos, le habla la señora Lenis”.


Me quede frío y pensé, leyó mi artículo y me va a reclamar. “Mire don Carlos, ¿es usted chiricano?”. Le contesté que sí y me dijo: “con razón, ustedes no son ágiles mentalmente como la gente de Monagrillo, de donde soy yo. Su artículo estaba bien, pero ¿por qué no preguntó quién tiene los 40 millones de dólares que han sido suplantados por los Martinellis? ¿Usted no se acuerda lo que le dije sobre Nicolás Copérnico, que la moneda mala desplazaba a la buena? ¿Dónde está la moneda buena? No me conteste, ¿dígame si sabe lo que es el señoreaje? ¡Ajá!, su silencio denuncia su ignorancia, pues déjeme decirle que el señoreaje es la diferencia entre lo que cuesta una moneda y el valor con que la pone a circular el agente emisor, y es lo que algunos economistas llaman como ´un impuesto de la inflación´. Pues sepa usted, don Carlos, que el Ministerio de Economía se queda con esa utilidad en ingresos varios –¿usted se cree ese cuento?– y lo utiliza para gasto corriente”.


“Entonces, eso significa que está moneda es un vulgar impuesto, pero la gente de Monagrillo, que sabemos de economía, no como ustedes los chiricanos, sí hemos agarrado la jugada. Los bancos centrales, en otros países, son entidades autónomas del gobierno central, porque esa fue una lucha de años de los organismos financieros internacionales, y son los que pueden emitir monedas, pues bien, el gobierno de Martinelli nos ha regresado a la edad de piedra en materia monetaria. Ahora resulta que el agente emisor es el Ministerio de Economía, controlado por el Ejecutivo o sea el mismísimo Martinelli. Este ministerio es el que hace el presupuesto y al hacer moneda cobra y se da el vuelto. Y mañana nos quitan el grado de inversión y, de seguro, que el Gobierno le echará la culpa a los ngäbe buglé”.
“Don Carlos, yo lo he investigado a usted. Esta investigación no tiene que ver con Mulino, porque yo tengo mi propia red de informantes, y así conseguí su número de teléfono privado. Sé que le gustan los números y las fórmulas y le recuerdo aquella de John Stuart Mill ( M.V=P.G.) M es masa de dinero, V es velocidad de circulación de dinero, esto es igual a P, nivel de precios, y G, producción de bienes. Don Carlos, así crecen los precios, pero estos torpes del Ministerio de Economía solo le quieren echar la culpa de la inflación al petróleo y no al relajito de estar produciendo monedas que no valen nada”. “Solo dos preguntas, don Carlos: ¿qué hacen los comerciantes con los miles de visitantes que vienen a comprar a Panamá, cuando le dan monedas que no valen nada y que no las pueden cambiar en ningún otro país? ¿Será que están en el jueguito del Gobierno, de guardarse la moneda buena y poner a circular la mala? Pues, déjeme decirle que eso es como dispararse uno mismo al pie. Dígame, si retiran los dólares del mercado, ¿no significa que convierten a los Martinelli en moneda de uso forzoso? y ¿qué pasará cuando saquen las monedas de dos y de cinco dólares? La señora Lenis cerró el teléfono, me senté en la silla, absolutamente abrumado, metí la mano al bolsillo, saqué un billete de a dólar y leí “In God We Trust”.

3 comentarios:

  1. muy buena tu entrada, habrá que investigar un poco más

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  2. muy buena tu entrada, habrá que investigar un poco más

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  3. Miren que yo estudie economía por gusto. Cuando salieron los "martinelli" pensé que el negocio de pagar la acuñacion era lo unico, también que regresariamos a los tiempos antes del Presidente Porras(1914 creo) que pidio a Rossevelt el favor de usar los dolares porque los pesos colombianos pesaban mucho. También que regresariamos nuevamente a los tiempos de las chacaras en donde había que usarlas para poder cargar las monedas. NO, esto es más serio y más peligroso que perder el canal. Debemos salir en masa a las calles, no más monedas "chuecas" que entonces si vamos al estercolero.

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