sábado, 6 de julio de 2013

"Nada importa, pues al final todos somos seres humanos".

Mi vida dio un cambio radical, por allá en tercer año de secundaria (2003) cuando tuve un sueño, bien lúgubre, donde se oía de fondo una música similar a la de "Le Temes a la Oscuridad" y sonaba, de fondo, la frase del título de esta entrada, "Nada importa, pues al final todos somos seres humanos". Recuerdo que inclusive lo tuve, durante años, como el nick en mi msn messeger (R.I.P.).

Me di tiempo para meditar sobre esto, creo que las semanas se hicieron meses, y creo que años (tengo cuadernos, aún por ahí, donde copiaba mis reflexiones, que provenían de éste sueño). Finalmente, un día, tuve una epifanía con esta frase: realmente, nada vale nada.

Voy a aclarar esto un poco, para que no suene como algo triste: nada tiene un valor propio, nada "nace" con valor, o "aparece" con valor para nosotros, positivo o negativo. Las cosas tienen valor porque nosotros se lo damos. Es decir, las cosas sólo tienen valor porque, como humanos que somos, les damos valor.

Es así como algunos de nosotros amamos la vida, la estudiamos; otros la aman, pero sólo la admiran. Incluso hay quienes odian la vida, aun estando vivos; u odian a los humanos, siendo uno humano.

Esta escala de valores es siempre personal, pues depende de cada quién como persona, como ser humano, el adoptarla.

Así, las ciencias, las artes, el amor, el odio, la vida, la muerte, todos estos son conceptos que cada uno reacciona diferente ante ellos, e igualmente, podemos leer a los demás en base a cómo ellos valoran estos diversos conceptos.

Entonces, ¿será correcto decir que algo tiene valor, si somos nosotros los que se lo damos? ¿Esos valores, subjetivos, son principios para juzgar a los demás? ¿El que alguien odie la vida de otro ser humano, y yo lo ame, me da pie para juzgarle, si cada uno tiene una escala de valores individuales? Porque el camino al que me llevó esta, aparentemente inofensiva frase, fue justamente éste: ¿cómo puedo tener pie para juzgar a otros, o que otros me juzguen, si la escala de valores que cada uno tiene es personal, propia, como cada uno de nosotros es un ser humano diferente?

Me podría ir así con diversos temas, algunos más tabúes que otros: la eutanasia, el aborto, el suicidio, la religión, las ciencias, ... donde todos estos, y más, dependen de cómo uno valora lo que le rodea, o mas aún, de cómo un conjunto de personas se ponen de acuerdo en un sistema de valores conjuntos.

¿El considerar que nada vale nada suena ruin, cruel, como de alguien que nada le importa? Pareciera. Sin embargo, como la escala de valores es algo personal, de poder cambiarla a voluntad, aprendemos a esforzarnos por conseguir algo y, de no conseguirlo, lo dejamos ir. "Agarrar con fuerza y soltar con suavidad" oí por ahí alguna vez.

Otro asunto: como nada vale nada fuera de la óptica humana, esto significa que siendo plenamente objetivos, aún afuera de nuestro propio sistema de valores, todo vale exactamente lo mismo. Esto solo ya es motivo de discordia para todo aquel que esté apegado a algo, obsesionado.

No digo que dejemos de valorar lo que tenemos, pues por ser seres humanos, estamos llevados a darle valor a lo que nos rodea. Pero sí invito al lector que piense un poco sobre por qué valora las cosas, o porqué no. Más adelante puede que nos demos cuenta que el motivo por el cuál damos valor a algo, no es el más indicado para ayudarnos a crecer como personas.

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